Consejo 1: Mantente fresco
Disfruta de tu recorrido sin sobrecalentarte planificando lo que te pones y cuándo lo haces. Elige ropa fresca, de colores claros y tejidos de secado rápido, y evita el algodón, que retiene el sudor y te hace sentir pegajoso y húmedo.
La ropa bien ventilada te permite sentir la brisa mientras pedaleas y, elige un casco que deje pasar el viento, para mantener fresca la cabeza.
Si puedes elegir, alejarte del sol del mediodía no sólo es una forma de mantenerte más fresco mientras pedaleas, sino también de reducir la exposición a los rayos UV que dañan la piel. Por no hablar de disfrutar de los primeros rayos de la mañana o de contemplar la puesta de sol desde el sillín.
Consejo 2: Sin sudor
Si vas en bici al trabajo o a una cita cuando hace calor, no querrás sudar demasiado. El truco está en mantener baja tu temperatura corporal. Para ello, reduce la velocidad y tómatelo con calma, deja un poco más de tiempo para el trayecto, o súbete a una e-bike y deja que el motor haga el esfuerzo.
Pedalear al aire libre te da muchas más posibilidades de llegar a tu destino sintiéndote fresco que en el atestado transporte público o frustrado en un atasco.
Llevar ropa ligera que permita que el sudor se evapore ayuda mucho a sentirse y oler fresco. Cuando hace calor, las toallitas húmedas pueden hacer maravillas para una limpieza rápida. También conviene recordar que las bacterias causan el olor corporal, y que se agrava con la ropa o la piel mojadas.
Consejo 3: Hidrátate
En lo que respecta al sudor, el ciclismo con calor significa que se pierde más agua del cuerpo que cuando hace fresco en el exterior.
Lleva siempre un bidón de agua en la bicicleta y asegúrate de beber lo suficiente a lo largo del día. Regla rápida a seguir: bebe un litro por hora cuando haga calor, un poco más o menos en función de tu corpulencia.
Junto con el sudor, tu cuerpo también pierde electrolitos, las sales de las que se nutre tu organismo para mantener el equilibrio hídrico. Si eres un "sudador salado", notarás marcas blancas de sal en la correa del casco o en la ropa oscura.
Si tu cuerpo necesita sal, puede que te apetezca comida salada y sabrosa. Si sudas mucho durante el día, quizá necesites comer un poco más de sal. Una pizca de sal de mesa sobre tus patatas fritas, comer fruta rica en potasio, como los plátanos, o beber agua de coco fresca puede ser de ayuda.
Consejo 4: Usa protección solar
Practicar ciclismo cuando hace calor significa exponer la piel al sol, a menudo durante largos periodos. La sombra es agradable mientras dura, pero la protección solar es esencial en cualquier trayecto veraniego.
Tu posición de conducción significa que la nuca, la parte posterior de las orejas, la parte superior de los muslos y el dorso de las manos reciben más rayos que cuando vas andando. Así que asegúrate de aplicar en esos lugares una generosa capa extra.
Utiliza mucha protección solar antes de iniciar la marcha y aplícatela por encima de la línea de los pantalones cortos o de las mangas. Elige una loción solar resistente al sudor o cúbrete los brazos y las piernas con ropa ligera y holgada si eres propenso a las quemaduras.
Consejo 5: Cuida tu look y tus ojos
Las gafas de sol no son sólo un accesorio de moda veraniega; también son un equipo de seguridad para tus ojos.
Cuando hace calor, hay muchos más insectos y polvo en el aire. Si aceleras y vas cuesta abajo, que te entre en los ojos puede ser doloroso. Ir en bici con calor puede resecarte los ojos, haciendo que te piquen y que tengas dificultades para ver. Las gafas oscuras son esenciales para evitar el resplandor del sol y disfrutar de una visión clara de la carretera.
Consejo 6: ¡Diviértete!
Tomar el sol en bicicleta es, con diferencia, la mejor forma de disfrutar del verano. Las mañanas frescas viendo cómo la ciudad cobra vida y los atardeceres en una cafetería favorita después de un día pedaleando con los amigos son la esencia del verano. Así que, nuestro consejo más importante: ¡asegúrate de divertirte todo lo que puedas!
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