Pasar tiempo sobre la bicicleta puede proporcionarte un valioso espacio mental que te ayude a procesar las emociones del día, tanto las grandes como las pequeñas. Benjamin May, fundador de la organización benéfica New Normal, nos cuenta cómo redescubrió el ciclismo tras la muerte de su padre y el lugar que ocupa ahora en su vida.
Como alguien que ayuda a facilitar talleres y espacios para que la gente comparta sus historias de duelo, Ben May está muy acostumbrado a hablar con franqueza de sus sentimientos, pero no siempre fue así, "mi viaje por la salud mental comenzó en 2012 al terminar una relación. Mi pareja me dijo que no le gustaba la persona en la que me había convertido. Había crecido para desarrollar uno de los modelos de conducta de los hombres que había visto a mi alrededor. Clase trabajadora, campos de fútbol. La masculinidad consistía en mantener las cosas dentro. Me enfadaba mucho y utilizaba un lenguaje abusivo".
Noticia difícil
Cuando le dijeron que esto era una llamada de atención, Ben se inscribió en un curso de control de la ira: "Pensé que el control de la ira consistiría en respirar profundamente, en que me facilitarían técnicas para controlar mi ira cuando surgiera, pero no fue así". En lugar de eso, Ben pasó 18 meses aprendiendo cómo se había convertido en la persona que era: "Era hablar, hablar de las cosas que sentía y por qué las sentía. Pensar en mi infancia, en mis orígenes y de dónde venía".
El autoexamen es un camino difícil para cualquiera, pero el siguiente acontecimiento en la vida de Ben iba a ser aún más complicado. "En 2015 mi padre vino a verme y me dijo que tenía un tumor cerebral y que era terminal". Poco después ocurrió algo que se convirtió en la base de New Normal: "Un joven, Jack, vino a cortarse el pelo. Me dijo que su padre había muerto hacía poco. Nos dio a ambos la oportunidad de abrirnos y compartir nuestras historias, me dio la oportunidad de conectar con alguien con quien nunca antes había conectado".
Una historia de amor con el ciclismo
El padre de Ben falleció y, al salir de la niebla del dolor, sintió que necesitaba hacer algo positivo. "Decidí ir en bici desde John o' Groats hasta Southampton, donde murió mi padre, para recaudar dinero para la residencia donde falleció". Ben empezó a hablar con la gente de su plan, aunque ni siquiera sabía hasta dónde llegaría en bicicleta. Al contárselo a la gente se comprometió a ello, "al final un amigo me prestó una bici para que pudiera hacer una prueba, en esa primera salida me enamoré completamente del ciclismo". Ben recorrió 1115 km en bicicleta desde John O Groats, el punto más septentrional de Gran Bretaña continental, hasta Southampton, en la costa sur. “Mi viaje en bicicleta comenzó cuando empecé a entrenar para el recorrido benéfico. Fui en bici hasta Richmond Park y miré hacia Londres. Tuve la primera sensación de, vaya, mira lo que he conseguido".
La creación de New Normal
Mientras Ben se enamoraba del ciclismo, también crecía la idea de New Normal. “Jack vino a verme y me dijo que le encantaban las charlas que estábamos teniendo, pero que también le encantaría hablar de ello con otras personas. Lo publicamos en nuestro Instagram e invitamos a la gente a venir y hablar de las personas que habían perdido en sus vidas."
A partir de una publicación en las redes sociales, la onda fue creciendo. "El 18 de mayo de 2018 estábamos en una sala de un centro comunitario con demasiadas galletas preguntándonos si aparecería alguien. En la sala había siete personas. Fue una forma realmente orgánica de conocer gente, nos presentamos y hablamos de nuestro dolor".
A partir de ese primer encuentro, New Normal comenzó a crecer. "En dos años organizamos 40 reuniones presenciales, unas doscientas personas. Cuando estalló la pandemia, dijimos a todo el mundo que íbamos a organizar una reunión online, se apuntaron 50 personas. En esa primera convocatoria tuvimos gente de todo el Reino Unido, Francia, España y Países Bajos. Fue el comienzo de lo que es ahora la organización benéfica".
New Normal ha crecido hasta convertirse en una organización benéfica global, "ahora contamos con 65 voluntarios en todo el mundo y nos estamos lanzando en Francia y España. Entendemos la necesidad de que la gente tenga un espacio seguro para conectar con los demás, para permitir que se produzcan conversaciones difíciles".
Meditación sobre dos ruedas
Los beneficios del ciclismo para el bienestar mental y físico son ampliamente conocidos, pero la forma en que la gente experimenta el ciclismo puede ser muy diferente, ya que se puede practicar de muchas maneras. "El ciclismo me proporciona dos capas: espacio para pensar y un momento para desconectar y sentir ese momento", dice Ben. "A veces me gusta ir en bici solo, me gusta la música tranquila, me proporciona algo de espacio para empezar a procesar algunas de las cosas que tengo en la cabeza. El sonido repetitivo de las ruedas girando me parece casi meditativo", explica Ben, "pero cuando vas rápido solo puedes concentrarte en lo que tienes delante. Entonces no hay nada más que la bicicleta y yo mismo. El mindfulness consiste en vivir el momento. Y yo lo consigo sobre una bicicleta, yendo rápido cuesta abajo".
El ciclismo crea un espacio para comunicarse
Ben anima a la gente de New Normal a montar en bicicleta y caminar como parte de su experiencia del duelo, "hay una conexión física con la conexión emocional". Si la gente necesita hablar, les sugerimos que caminen o vayan en bicicleta. No es tan desalentador como una reunión cara a cara. Estáis uno al lado del otro, cerca, pero no os veis, no os miráis a la cara".
El ritmo de la bicicleta también permite que las conversaciones difíciles se abran a su propio ritmo natural.
"Al subir una cuesta podéis dejar de hablar, o uno de vosotros puede parar para tomar un respiro. Puede eliminar parte de la presión de la conversación, ya que el viaje tiene sus propias paradas, te pones en marcha de nuevo, y vuelve a fluir".
No es solo un paseo en bici
Si alguien que conoces está pasando por un momento difícil, hay muchas formas de ofrecerle apoyo. Estar a su lado dispuesto a escuchar suele ser suficiente. Dar un paseo en bici con un amigo puede darle la oportunidad de abrirse, ya que crea un espacio alejado de su vida cotidiana. Escuchar a un amigo es hacerle un regalo, "aprendí mientras gestionaba la ira que mantener una conversación libera la presión, esa conversación no tiene precio", dice Ben.
Para saber más sobre el trabajo de New Normal, visita su sitio web New Normal o sus redes sociales, @tnncharity_ and @tnncharity.
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