Una bicicleta limpia tiene menos posibilidades de dañar sus componentes y te permite ver si hay algún problema o si es necesario repararla. Y una bicicleta reluciente tiene mejor aspecto, ¿verdad? Antes de iniciar cualquier tarea de mantenimiento, empieza por lavar tu bici. ¿Listo para limpiar tu bicicleta en 20 minutos? Pon en marcha el cronómetro. ¡Vamos allá!
Minuto 1-3: Preparar
Prepara tu material de limpieza: Un cubo de agua tibia jabonosa, un spray limpiador de bicicletas, un juego de cepillos o esponjas y un paño seco para el acabado.
Minuto 3-7: Pulverizar
Comienza enjuagando la bicicleta con agua para eliminar la suciedad suelta o los residuos. Puedes utilizar una manguera, pero ten cuidado de no utilizar alta presión, ya que podrías dañar las piezas delicadas. Además, ten cuidado para evitar las conexiones eléctricas. Tras el aclarado inicial, rocía el limpiador de bicicletas o agua jabonosa sobre todas las partes de la bicicleta y déjalo actuar durante unos minutos.
Mientras limpias tu bicicleta, comprueba los contactos eléctricos de la batería para evitar que se acumule suciedad, que puede provocar problemas de entrega de potencia. Nunca utilices productos químicos agresivos. En lugar de ello, utiliza un paño húmedo para limpiarla con suavidad. Recuerda siempre que no debes sumergir la batería en agua ni rociarla directamente con aparatos de lavado a presión.
Minuto 7-12: Cepillar
Mientras el limpiador hace su trabajo, sumerge los cepillos o la esponja en el cubo con agua tibia y jabón. Empieza a frotar la bicicleta con cuidado, de arriba hacia abajo. Presta mucha atención a la transmisión (cadena, platos, cassette, desviadores), ya que esta zona suele acumular la mayor cantidad de suciedad. Utiliza un cepillo de dientes para llegar a los huecos difíciles que hay alrededor de la cadena y el cassette.
Mientras frotas, observa si hay signos de desgaste. Los dientes del cassette y los platos no deben tener partes punzantes ni afiladas. Busca puntas deshilachadas en los cables y arañazos o rozaduras profundas en el cuadro o los componentes. Busca desgastes en las cubiertas, pinchazos, cortes o abrasiones. Si detectas algo que no esté en perfectas condiciones, anótalo.
Minuto 12-15: Aclarar
Una vez que hayas desprendido y eliminado la suciedad, aclara bien la bicicleta para eliminar el jabón o el limpiador. Asegúrate de no dejar restos de jabón.
Minuto 15-17: Secar
Utiliza un paño seco y elimina toda el agua posible para evitar la oxidación, sobre todo de la cadena y las piezas metálicas. Un compresor de aire o incluso un secador de pelo es una buena forma de asegurarte de que eliminas toda el agua, sobre todo cerca de las conexiones eléctricas de la batería. La luz del sol también ayuda, si hay.
Minuto 17-20: Lubricar
Una vez que la bicicleta está seca, es hora de lubricarla. El lubricante ayuda a proteger tu bicicleta contra la oxidación y los daños. También mantiene las piezas móviles suaves y silenciosas mientras pedaleas. Si utilizas aceite en spray, ten mucho cuidado de que no entre en las superficies de las pastillas de freno, los rotores o las llantas de la bicicleta. Esto contaminaría las pastillas y reduciría la eficacia del frenado.
La cadena es lo que requiere una lubricación más frecuente. Utiliza siempre un aceite específico para cadenas de bicicleta. Funcionará mejor y durará más. Los aceites más ligeros se lavan fácilmente con la lluvia o las salpicaduras, o se apelmazan con el polvo.
Aplica una gota de lubricante en cada eslabón y gira los pedales para que penetre. Después de unos minutos, retira el lubricante sobrante con un paño limpio y seco.
Los desviadores son el mecanismo de cambio de marchas: tanto el delantero como el trasero necesitan una fina lubricación. Con la bicicleta parada, coloca el desviador delantero en el plato más grande y el trasero en el piñón más pequeño. Aplica una gota de lubricante en los puntos de giro, y luego mueve manualmente el desviador para que el lubricante penetre en los puntos de giro. Limpia el exceso.
Si tu bicicleta tiene cableado externo (los cables de cambio y freno van por el exterior del cuadro), necesitarás lubricarlo. Aplica una gota de lubricante en la parte superior del cable, donde entra en la carcasa. A continuación, acciona la palanca de cambio o de freno para ayudar a que el lubricante descienda por el cable.
Recuerda: No olvides limpiar siempre el exceso de lubricante para evitar atraer el polvo y la suciedad, ya que pueden ensuciar y desgastar más rápidamente los componentes. No utilizar lubricantes específicos para bicicletas, como aceites y grasas de uso general, puede no ofrecer la durabilidad o el rendimiento necesarios para las exigencias del ciclismo.
M-Check
Una vez que hayas limpiado la bicicleta e inflado los neumáticos, será más fácil detectar cualquier problema que requiera la atención de un experto. Utiliza una técnica llamada M-Check. Los mecánicos de bicicletas utilizan este método de adelante hacia atrás para asegurarse de que se examinan todas las partes de la bicicleta. Si has detectado daños o desgaste al limpiar la bicicleta, es aconsejable que la revise un experto.
Para todo lo demás – Centro de Servicio Shimano
La conducción de tu bicicleta debe ser suave y prácticamente silenciosa. Si tienes chirridos o traqueteos, si los frenos responden con lentitud o si las marchas no cambian, tienes que examinar el problema más a fondo. Por grande o pequeño que parezca el problema, visitar tu Centro de Servicio Shimano más cercano garantizará que tu bicicleta recibe el mantenimiento adecuado.
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